por Paco Ignacio Taibo II
La Semana Negra de Gijón nació hace 20 años con la idea de ser un festival de nuevo tipo en que se mezclaran sin prejuicio los elementos literarios con los elementos lúdicos, una gran fiesta de la cultura en la calle.
Inicialmente eligió como su columna vertebral la literatura policíaca e incorporó elementos festivos que tradicionalmente habían est
A lo largo de estos años pasó de 73 mil asistentes en su primera edición a más de un millón en las últimas, y de una duración de siete días a 11. De 60 invitados a 250, y de 15 periodistas acreditados a más de 150, volviéndose uno de los festivales más importantes de Europa y un centro de referencia internacional.
HISTORIA
Pocos festivales consiguen una permanencia de dos décadas no sólo manteniéndose, sino creciendo continuamente, adaptándose, buscando renovarse sin cesar, reinventándose año con año. Esa vocación de cambio constante, junto con su decisión de ser un acontecimiento popular, para el disfrute de la gente y no de una élite, han sido esenciales para la permanencia de la Semana Negra y para su consolidación como un festival diverso, difícil de definir, donde la fiesta popular, la cultura, la diversión y las preocupaciones sociales conviven sin interferencia, complementándose.
Concebida y dirigida desde sus inicios por el escritor asturmexicano Paco Ignacio Taibo II, la Semana Negra se inició como un modesto festival que reunía a escritores policiacos y ofrecía además música y otras artes escénicas al público, la Semana Negra de Gijón ha crecido a lo largo de veinte años hasta convertirse en uno de los mayores festivales europeos por cuanto a su número de invitados (más de un centenar en los últimos años) y el número de sus asistentes, calculado en más de un millón a lo largo de los diez días que actualmente dura su celebración, con conciertos masivos en los que han participado músicos de la talla de Los Lobos, Willie Colón o Georges Moustaki, con la presencia de autores de primera línea mundial en una lista que suma ya millares de creadores literarios y de testimonio.
Pocos festivales consiguen una permanencia de dos décadas no sólo manteniéndose, sino creciendo continuamente, adaptándose, buscando renovarse sin cesar, reinventándose año con año. Esa vocación de cambio constante, junto con su decisión de ser un acontecimiento popular, para el disfrute de la gente y no de una élite, han sido esenciales para la permanencia de la Semana Negra y para su consolidación como un festival diverso, difícil de definir, donde la fiesta popular, la cultura, la diversión y las preocupaciones sociales conviven sin interferencia, complementándose.
A lo largo de los años, la Semana Negra de Gijón se ha reinventado a sí misma incesantemente, sumando distintas propuestas como la lectura de poesía a la medianoche, que se ha convertido en una de las actividades con más asistencia y donde han participado, llevando como anfitrión anualmente al poeta asturiano Ángel González, el argentino Juan Gelman, el mexicano Juan Bañuelos, Joaquín Sabina y Luis García Montero, entre otros.
Además de la literatura policíaca que le da origen, la Semana Negra de Gijón incluye entre su oferta a autores de cómic, de novela histórica y de ciencia ficción, abriendo espacios para la creación plástica y el testimonio visual por medio de exposiciones.
Anualmente, la Semana Negra publica y regala libros, con frecuencia con participación de autores amigos y visitantes de la Semana Negra: escritores, dibujantes, autores de cómic y fotógrafos
Dentro de la Semana Negra se realizan además otros festivales, como el Encuentro Internacional de Fotoperiodismo dirigido por el Premio Pulitzer asturiano Javier Bauluz, trayendo a Gijón a los principales exponentes del fotoperiodismo mundial, y la Asturcón, la convención asturiana de ciencia ficción, que en su momento también ha sido anfitriona de la convención española de ciencia ficción y fantasía. Durante unos años se realizó igualmente un festival de magia.
Todo esto ha sido puntualmente reseñado por el diario del festival, A Quemarropa, que se publica todos los días del festival ofreciendo a sus lectores información de lo ocurrido el día anterior y de lo previsto para el día de publicación, además de creación y comentarios de destacadas plumas asistentes a la Semana Negra.
Por todo esto, la Semana Negra ha sido objeto de una intensa atención de los medios de comunicación, tema de documentales producidos por productoras europeas y americanas y punto de interés de la prensa durante los diez días de su realización.
Porque la Semana Negra, a diferencia de las semanas comunes, dura diez días, que también en eso hay espacio para innovar, proponer y romper.
Por todo esto, la Semana Negra ha sido objeto de una intensa atención de los medios de comunicación, tema de documentales producidos por productoras europeas y americanas y punto de interés de la prensa durante los diez días de su realización.
Porque la Semana Negra, a diferencia de las semanas comunes, dura diez días, que también en eso hay espacio para innovar, proponer y romper.
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