Existen estrategias de fundamentación mormativa de la RB de muy diverso signo ideológico. La gente se aproxima a la propuesta de la RB con inquietudes dispares, las cuales responden a ideologías distintas. Del mismo modo, las medidas de acompañamiento de la RB que se pueden proponer desde las diversas sensibilidades políticas que se hacen eco de dicha propuesta, medidas que conducen a resultados bien dstintos, serán muy diferentes.
La propuesta de la RB nace con una destacable vocación de constituir un punto de encuentro entre dversos idearios ético-políticos y filosofías normativas. En efecto, se han ensayado fundamentaciones normativas de la RB desde teorías de la justicia de signo muy distinto, en algunos casos incluso divergente.
Cabe destacar, pues, que afirmar el acuerdo o el desacuerdo en relación con la RB no es algo que, por sí solo, informe acerca del ideario político de quien emite tal opinión.
Entre los partidarios de la RB a nivel internacional hay conservadores, liberales, socialdemócratas, comunistas, ecologistas, de extrema izquierda, etc. Eso no implica en absoluto que se trate de una propuesta políticamente "neutra" o que anule las divisorias ideológicas, sino úncamente que en todas esas ideologías se pueden encontrar buenas razones- aunque a menudo divergentes- en favor de una RB. Por razón, es indudable que las medidas de acompañamiento de la RB que se popondrán desde las diversas sensibilidades políticas que se hacen eco de dicha propuesta serán muy diferentes.
Asimismo, no hay ninguna duda de que la RB no es la solución a todos los problemas sociales que nuestras sociedades tiene planteados, como la división sexual del trabajo, la cuestión medioambiental, la acumulación de la riqueza en unas pocas manos, el poder no democrático de las grandes empresas, o el racismo y la xenofobia, por poner sólo algunos ejemplos. En este sentido, de la misma forma que criticar la RB por aquello que no pretende solucionar resulta inadecuado, también lo es magnificar sus posibilidades más allá de lo que realmente puede ofrecer. La RB no ofrece por sí misma un "modelo de sociedad" ni un "sistema" o diseño institucional global. Puede, en todo caso, ser una pieza más en un proyecto de transformación social, o bien defenderse simplemente como una propuesta concreta de reforma dentro del diseño actual de las políticas sociales. Como se ha dicho, lo uno o lo otro dependerá de la intención política y de las razones que cada cual tenga para defender la RB.
Sea como sea, cabe tratar de responder a la pregunta sobre la justicia de la RB a partir de las teorías de la justicia contemporáneas. Como es bien sabido, la filosofía política es la disciplina que reflexiona acerca de cómo debe ser una sociedad justa. Son muchas las líneas de pensamiento que han poblado esta disciplina académica durante las tres últmas decádas: el "utilitarismo real", el liberalismo igualitario de John Rawls o de Ronald Dworkin, la teoriá de las capacidades de Sen, el "libertarismo real" de Philippe Van Parijs, el liberalismo propietarista o libertarianismo de Robert Nozick, los distntos tipos de comunitarismo, algunos de los enfoques del llamado " marxismo analítico", el republicanismo, el feminismo en sus diversas corrientes, u otras. La propuesta de la RB ha encontrado fundamentaciones éticas diversas en muchas de las escuelas citadas. Aquí se mostrarán sólo dos tales estrategias de justificación normativa: la basada en la noción de "libertad real" según Van Parijs y la republicana.
La propuesta de la RB nace con una destacable vocación de constituir un punto de encuentro entre dversos idearios ético-políticos y filosofías normativas. En efecto, se han ensayado fundamentaciones normativas de la RB desde teorías de la justicia de signo muy distinto, en algunos casos incluso divergente.
Cabe destacar, pues, que afirmar el acuerdo o el desacuerdo en relación con la RB no es algo que, por sí solo, informe acerca del ideario político de quien emite tal opinión.
Entre los partidarios de la RB a nivel internacional hay conservadores, liberales, socialdemócratas, comunistas, ecologistas, de extrema izquierda, etc. Eso no implica en absoluto que se trate de una propuesta políticamente "neutra" o que anule las divisorias ideológicas, sino úncamente que en todas esas ideologías se pueden encontrar buenas razones- aunque a menudo divergentes- en favor de una RB. Por razón, es indudable que las medidas de acompañamiento de la RB que se popondrán desde las diversas sensibilidades políticas que se hacen eco de dicha propuesta serán muy diferentes.
Asimismo, no hay ninguna duda de que la RB no es la solución a todos los problemas sociales que nuestras sociedades tiene planteados, como la división sexual del trabajo, la cuestión medioambiental, la acumulación de la riqueza en unas pocas manos, el poder no democrático de las grandes empresas, o el racismo y la xenofobia, por poner sólo algunos ejemplos. En este sentido, de la misma forma que criticar la RB por aquello que no pretende solucionar resulta inadecuado, también lo es magnificar sus posibilidades más allá de lo que realmente puede ofrecer. La RB no ofrece por sí misma un "modelo de sociedad" ni un "sistema" o diseño institucional global. Puede, en todo caso, ser una pieza más en un proyecto de transformación social, o bien defenderse simplemente como una propuesta concreta de reforma dentro del diseño actual de las políticas sociales. Como se ha dicho, lo uno o lo otro dependerá de la intención política y de las razones que cada cual tenga para defender la RB.
Sea como sea, cabe tratar de responder a la pregunta sobre la justicia de la RB a partir de las teorías de la justicia contemporáneas. Como es bien sabido, la filosofía política es la disciplina que reflexiona acerca de cómo debe ser una sociedad justa. Son muchas las líneas de pensamiento que han poblado esta disciplina académica durante las tres últmas decádas: el "utilitarismo real", el liberalismo igualitario de John Rawls o de Ronald Dworkin, la teoriá de las capacidades de Sen, el "libertarismo real" de Philippe Van Parijs, el liberalismo propietarista o libertarianismo de Robert Nozick, los distntos tipos de comunitarismo, algunos de los enfoques del llamado " marxismo analítico", el republicanismo, el feminismo en sus diversas corrientes, u otras. La propuesta de la RB ha encontrado fundamentaciones éticas diversas en muchas de las escuelas citadas. Aquí se mostrarán sólo dos tales estrategias de justificación normativa: la basada en la noción de "libertad real" según Van Parijs y la republicana.
Comentarios